Es rara, esta sensación. Quisiera escribir mil hojas sobra ella. Tengo el deseo lleno de palabras para expresar todo lo que me genera su voz y su historia. (la parte que encontré, de su historia). Pero no tengo la información suficiente.Es que cuando escuchas un tema de Ray Charles, y aparecen las voces de esas minas haciendo algo más que un coro, se te despiertan todos los sentidos. La fuerza y el deseo que le ponían traspasan generaciones y llega a esta piel blanquita de gallina que escribe.
Las pocas biografías que hay a cerca de Margie Hendrix, una de las coristas de Realetes, terminan con lo que voy a usar en este principio: que tras una discusión con ray Charles, la despidieron porque consumía, y murió a los 35 años, en julio de 1973. Sin saberse bien por qué, y que las teorías son de una sobredosis de heroína o de la misma pobreza en la que se encontraba. No, no voy a terminar por ese final. Me parece injusto. Hay que pensar un poco más los finales de las historias donde hay personas en situación de consumo. Y acá va mi práctica.
En una gran nota (y única) que encontré sobre ella, desafiantemente subtitulada: “La mujer que superó a Ray Charles” la autora Tarisai Ngangura, escribió:
“He pensado en ella con regularidad durante años, preguntándome cómo una mujer con esoLa voz podría desaparecer del ojo público tan fácilmente, después de hacer una aparición tan inolvidable. Es un pensamiento que se me ha quedado grabado, porque lleva la triste realidad de que alguien puede ser increíblemente talentoso, incluso fenomenal, y aún así ser omitido por la historia. Le podría pasar a cualquiera, pero parece ocurrirle con más frecuencia a las mujeres negras talentosas que son lo suficientemente audaces para perseguir sus sueños, y luego se desmoronan por la pura presión de todo. Mujeres que son públicas pero invisibles y que se notan sin realmente ser vistas. Mujeres como Margie Hendrix.”
Tal parece que tenían un vínculo bastante apasionado con Ray Charles. Que cuando ella cantaba esas letras, dicen, que se las cantaba directamente a él. Pero si el mismo Ray, dijo: “El soul es cuando coges una canción y la haces parte tuya. Una parte tan auténtica, tan real de ti mismo, que la gente piensa que de verdad te ha sucedido a ti. El soul es como la electricidad: un espíritu, un impulso, un poder”. Entonces, ¿Podría simplemente estar muy comprometida con la canción? ¿Siendo una gran intérprete? De seguro que ella y Charles estaban hasta las manos, y entiendo que a la hora de contar historias de músiques siempre está “el interés” en estas cosas. Pero, si no sabemos ni cómo murió, ni que sintió después de irse de Raelters, o al criar a su hijo llamado Charles ¿cómo vamos a saber qué pensaba y sentía realmente ella? En la nota de Tarisai Ngangura cita a la actriz que la interpretó en la película de este músico: “No hay mucha información sobre Margie, así que tuve que confiar en su voz para guiarme”. Intentemos entonces, ver cómo nos guía la fuerza de esa voz.
Antes de ser Las Realetes, eran “The Cookies”. Margie, se sumó en 1956 para reemplazar a Beulah Robertson. El grupo firmó con Atlantic Records y fue número 9 en la lista RyB con el tema “In Paradise”. Y trabajando como “cantantes de sesión” conocieron a Ray Charles. En 1958 Margie y Mc Crea dejan Cookies para formar Raelettes y así cantar con Ray Charles. Me gustaría decir algo sobre sus compañeras: Patricia Lyles, Darlene Mc Crea, o Dorothy Jones, pero va a ser una búsqueda más profunda porque hasta ahora no encontré más que sus nombres.
Lo escuchas y no son ellas una voz de fondo, que apenas se sienta. Tienen una impronta, una fuerza que no está por debajo de ninguna voz. Es tanto lo que transmiten que no son un segundo plano como se mal piensa a cerca del roll de las coristas. Esos temas de Ray, sin esas voces, no sería lo mismo.
Pero fue en 1950, cuando se mudó a Nueva York para seguir adelante con su sueño de cantar, y en 1954 grabó su primer solitario: “Everything”
Margie Hendrix o Hendricks nació el 13 de marzo de “1935 o 1939” en Georgia, ciudad de Register, condado de Bulloch. Su vida musical arrancó siendo corista de una iglesia. Ahí estuvieron los primeros oídos del mundo escuchando su voz. Tras esas paredes, la historia de una cantante empezó a rugir.
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